Infórmate

martes, 11 de octubre de 2011

En aquel tiempo, después de que Jesús hubo terminado de hablar un fariseo le rogó que fuera a comer con Él;

“Te invitamos para que abras tú corazón al Señor con la lectura diaria del evangelio y una pequeña reflexión que te ayudara a crecer en la fe”.



Oración introductoria

Padre, tu que ve en lo secreto y lo conoces todo, ayudame a no dar importancia a lo exterior, que cada dìa pueda llenar mi corazòn de tu amor. 





Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 11, 37-41


En aquel tiempo, después de que Jesús hubo terminado de hablar un fariseo le rogó que fuera a comer con Él; entrando, pues, se puso a la mesa. Pero el fariseo se quedó admirado viendo que había omitido las abluciones antes de comer. Pero el Señor le dijo: ¡Bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad. ¡Insensatos! el que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros. 







Meditación del Papa

«En efecto, necesitamos dejarnos iluminar por Cristo para que, a nuestra vez, sintiendo la urgencia de nuestra responsabilidad hacia los pobres del tiempo presente, dirijamos hacia ellos nuestra mirada que nos vuelve a dar confianza y que aclara la perspectiva de la eternidad. De hecho cada uno está llamado a la salvación ofrecida por la victoria de Cristo sobre todo mal que oprime al hombre.(...) Contribuyendo a luchar contra la pobreza, compartiendo y con la limosna, nos acercamos a los demás. Como sabéis, el don no es nada sin el amor que lo anima y los vínculos fraternos que teje. Actuando así con caridad, expresamos la verdad de nuestro ser pues hay más alegría en dar que en recibir, y manifestamos la unidad del doble mandamiento del amor. De hecho, compartiendo con nuestro prójimo, experimentamos, a través de la alegría recibida, que la plenitud de la vida viene del amor de Dios. Así la limosna nos acerca a Dios y nos invita a la conversión»(Benedicto XVI, 11 de marz de 2011). 



Autor: Ignacio Sarre | Fuente: Catholic.net

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