« Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor,
mi corazón y carne retozan por el Dios vivo. »
(Antífona de Entrada, Sal 83, 3)
mi corazón y carne retozan por el Dios vivo. »
(Antífona de Entrada, Sal 83, 3)
Oración
Señor, purifica y protege a tu Iglesia con misericordia continua, y pues sin ti no puede mantener su firmeza, que tu protección la dirija y la sostenga siempre. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Bibliografía
Estas reflexiones son tomadas de:
EWTN
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